¿Cómo manejo el estrés laboral?

Durante la jornada laboral es posible que la carga de trabajo, personas con las cuales tenemos que convivir, e incluso el hecho de que seamos más vulnerables al estrés debido a malos hábitos alimenticios, de sueño y de actividad física nos pueden pasar la cuenta al momento de querer enfocarnos en las actividades que tenemos durante nuestro horario laboral y hasta en nuestras actividades personales.

¿Qué hacer entonces?

El primer paso sería el identificar si el estrés es por alguna de estas opciones:

  1. La carga de trabajo y/o problemas de comunicación con compañeros/jefe.
  2. Existe una vulnerabilidad previa; es decir, eres más propenso al estrés debido a un hábito inadecuado de descanso o alimenticio.
  3. Vida personal con problemáticas que generen mayor estrés en el trabajo (conflictos en casa, económicos, etc.)

Es la carga de trabajo, mis compañeros o jefe ¿y ahora qué hago?

En este caso resultaría sumamente importante saber si el problema identificado tiene solución inmediata, o es algo que requiere paciencia para lidiar en un mediano o largo plazo, por ejemplo:

  • Tengo diferencias con mi jefe/compañeros, pero en este momento no me puedo dar el tiempo, ellos están ocupados o es más importante concentrarme en mi trabajo en este instante (es decir, no tiene solución inmediata).
  • Tengo mucha carga de trabajo (y me siento abrumado), pero se podría ir resolviendo poco a poco pues no depende mi progreso en este momento de alguien más. (es decir, tiene solución inmediata).

En el primer caso buscaríamos el aceptar que en este instante no hay oportunidad de resolverlo y movernos a aquello que sea relevante, es decir concentrarse el momento presente y sus posibilidades. Para hacerlo puedes hacer este pequeño ejercicio de conciencia plena:

  1. Respira… lento. Hazte consciente de tu respiración en este momento, notando la sensación de temperatura del aire que entra y sale de tus pulmones por unos momentos. Si te llegan las sensaciones de estrés (como tensión, temperatura alta, etc.) y pensamientos (como “es que necesito resolverlo”) es normal, pero intenta volver a tu respiración por unos momentos para centrarte
  2. Mueve un poco tus extremidades (piernas y brazos), notando la sensación de moverlas y tu decisión de moverlas a voluntad en este instante.
  3. Identifica que cosas te puedes estar perdiendo en este momento por poner toda tu atención en la problemática. Pueden ser cosas físicas como el espacio donde estas, sonidos que hay, la temperatura del momento.
  4. Por ultimo. Identifica que es lo más importante que debes hacer en este momento y que sea posible hacer en este momento.
  5. Hazlo

En el segundo caso, en que se pueda resolverse en el momento; si es por temas de interacción con alguien del trabajo los siguientes puntos pueden ayudarte a poder comunicarse efectivamente con esta persona:

  1. Escuchar activamente lo que quiere comunicar la otra persona cuando responda. Es decir, escuchar para entender, no escuchar para contestar.
  2. Es fundamental que cuando expreses lo que quieres decir a la persona y generar una conversación productiva deberás apegarte a los hechos que sucedieron (no interpretaciones de su actuar), una vez hecho lo anterior, explicar cómo su actuar es un problema para ti (sin culparlos, solo explicando lo que te hace sentir), y finalmente pedir específicamente qué es lo que te gustaría que esta persona hiciera diferente, explicando porqué eso te beneficiaria a ti, a el y a la relación que tienen.

En el caso de que sea mucha carga laboral: Prioriza tus actividades y hazlo. Si te sientes abrumado, haz el ejercicio de ejercicio de conciencia plena antes mencionado para centrarte y retomar el control sobre tus acciones.

No dormí/comí bien, ¿ahora qué hago?

Una vez vulnerables, se buscará mantenerse lo más centrados posibles. Por lo anterior también es recomendable el ejercicio de conciencia plena si es que te sientes abrumado por el estrés. Por otro lado, si ya te encuentras en el trabajo, además del ejercicio de conciencia plena se recomendaría en el caso del hambre, saciarla en lo posible; en el caso del sueño sería mantenerte bien hidratado, con el menor uso de cafeína y azúcar posible (por su efecto que tiene a largo plazo de posible “recaída” a niveles más bajos de energía que en un principio).

Para evitar lo anterior, planifica cuanto antes de qué forma puedes mejorar tu calidad de sueño y hábitos alimenticios. Lo anterior se puede seguir a partir de las guías de la OMS (Organización Mundial de la Salud); fácilmente identificable a partir de una búsqueda sencilla en Google. En caso de seguir con el mismo problema habiendo aplicado las guías, consulte con un especialista.

Es mi vida personal ¿ahora qué hago?

De nuevo tienes que saber si lo que te afecta en la vida personal es posible resolverlo pronto, y debes hacer una balanza respecto a hacer algo en ese momento. Si es algo que no puedes resolver en ese instante puedes apoyarte en el ejercicio de conciencia plena para centrarte y en ese momento hacer lo que sea más importante y posible en ese momento. Si es algo que requiere con urgencia tu atención y es muy probable que se resuelva a corto plazo, por supuesto actúa acorde.

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