Trabajo más vida personal: Un reto emocional.

El reto para casi todas las personas adultas de este mundo siempre será el poder malabarear de manera correcta la vida personal y el trabajo (e incluso entre las áreas personales como podría ser: amistades, familia y el cuidado de la salud), y más si se involucran las emociones. ¿Cómo lidiar con esto sin terminar frustrado?

Primero. Malabarear es cuestión de prioridades

Así como las personas que malabarean, se necesita tener muy claro lo que resulta prioritario momento a momento puesto que, si el malabarista le presta mayor atención a la pelota que está ya en su mano en vez de aquella que va en el aire, es muy probable que salgan las cosas mal.

Entonces, hay que definir prioridades en el caótico mundo donde vivimos y que todo parece ser “para ayer” pero ¿cómo saber que es más importante?

Segundo. Si sabes tú verdadero norte, no importará si te desvías del camino

Para identificar lo que resulta mas importante en cada momento necesitamos saber lo que al final resulta de mayor importancia para nosotros y que puede ser flexible de acuerdo al momento de la vida en que nos encontremos. Podemos hacernos las siguientes preguntas:

  1. En este momento de mi vida ¿Qué acciones me llevarían a un sentido de vitalidad a mediano y largo plazo?
  2. ¿Es realmente absolutamente necesario el dedicarles mi tiempo a estas actividades? ¿Me llevaría más lejos en lo que es importante y valioso en mi vida?

Lo anterior te puede otorgar un sentido de lo que puede ser mas importante en este momento, sin perder de vista que en tu “brújula interna” sigues el camino hacia tu “verdadero norte”. Y aunque tengas que dar ciertas vueltas o te tengas que desviar por algunos momentos del camino más directo a él, sigues avanzando hacia ese verdadero norte.

Tercero. Las emociones a veces nos indican caminos distintos

En este punto es donde podemos empezar a hablar de las emociones y como se pueden volver un reto para poder continuar en tu camino hacia el equilibrio.

Así, las emociones como la tristeza, enojo y el miedo pueden orientarte hacia decisiones que no solo te desvían y te alejan de tu objetivo último, sino que hasta te hacen olvidar tu verdadero norte. Ejemplos de lo anterior son como:

  • Cuando por estar enojado por lo que estoy viviendo en casa llego a mi trabajo predispuesto a que cualquier cosa me irrite de manera más fácil y produzca problemas en mi productividad o con mis compañeros/jefes.
  • Cuando por estar triste por no haber logrado un objetivo en la empresa donde trabajo llegue a casa con la familia y no este realmente presente con ellos.

Pero no solo las emociones nos dificultan el camino; también pueden ayudarnos a saber mediante la frustración o tristeza que algo anda mal en este malabareo de vida personal y trabajo por exceso de atención en una u otra.

Por lo anterior se vuelve indispensable:

  1. Identificar qué es lo que realmente queremos, y cuál es nuestra prioridad en este momento (recuerda que esto varia conforme pasa el tiempo)
  2. Saber que las respuestas emocionales que surgen en nosotros nos pueden desviar de nuestro camino que queremos elegir
  3. Y que no todo el tiempo puede ser así con las emociones, a veces también resulta importante escucharlas pues nos pueden indicar que nos hace falta trabajar en ciertas áreas.

Y tú, ¿cómo te vas a empezar a cuidar?

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